Un mantel rojo, cínico, desvaído
llora en silencio
se desploma el sobrecito de azúcar
el deseo ve por la ventana pasar
los miedos
Un anillo de humo en el dedo más
huérfano
el trapo limpia esa madera debajo
del poema
Todos llamamos a la madre
todos
queremos escuchar esa canción
y que no llegue la noche nunca,
nunca
Silvia Mazar, Buenos
Aires, Argentina
De su poemario homónimo.
Reportaje: https://www.lexia.com.ar/reportajes_Silvia_Mazar.html
7 comentarios:
Acertado.
Hermoso poema, rodeado de imágenes que le van dando el tono preciso. Gracias.
Me encantó leer este poema porque transmite lo que todos sentimos.
Marta Colomaro.
Muy bueno, felicitaciones.
Impecable. El animismo de esos objetos cotidianos le abren paso a un final tan real como concluyente.
Metafórico y elocuente, muy bueno!
Bellas imágenes en tu poema, me dio gusto leerte. Y tan intenso el final: "que no llegue la noche nunca".
Gracias Silvia.
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