Tenemos los ojos
polvorientos
como la mirada de
un tren de carga.
Cada día, alguien
arroja
bultos a nuestros
ojos.
Y, al atardecer, quedan en alguna estación
/ muda.
Entonces los
ojos, hechos para lo porvenir,
viven como si
estuvieran cerrados,
cosidos entre dos
riberas.
Habrá que
aprender a mirar con las manos,
con los pies, con
el revés de la memoria.
Habrá que lavar
lo visto
y tenderlo al
sol, aunque nos ciegue.
Patricia Coto, La Plata
-Buenos Aires-, Argentina
De “Libro de navegación”.
Reportaje: https://lexia.com.ar/Reportaje_Patricia_Coto.html
6 comentarios:
Fantástico. Increíblemente metafórico!!
Es un poema admirable... una exhortación.
Tremendamente hermoso, felicitaciones!
Bella combinación de fluidez y cadencia.
Qué bueno! Unas metáforas y un lirismo impresionantes!!!
Es precioso, gracias!
Griselda Roldán
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