Cuando ya no hay mantel
ni siquiera vidrio frío
ni siquiera un plato
ni siquiera una misma.
Detenerse
frente a la mesa
aspirar lento
lo solo del aire
lo solo de la
casa
lo solo
sentarse al lado
del fuego
mirar
cómo el mantel
(que ya no
existe)
se ata al cuerpo
se consume en la
llama
hasta la ceniza
del último cigarrillo.
Claudia Vázquez,
Avellaneda -Buenos Aires-, Argentina
De “Casa de piedra”.
Más: https://www.larazondechivilcoy.com.ar/cultura/2022/3/3/deloeste-art-sep-filial-chivilcoy-resenas-literarias-150251.html
6 comentarios:
Tremenda pintura de la realidad.
Admiro la fluidez del poema.
Bellísimo aun con toda la tristeza a cuestas!!!
Insuperable.
Qué notable sensibilidad!
Es un poema sufrido y muy bueno! Compartiré.
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