
volverán
y el tren de las 6
-salvo error o accidente-
pasará a la misma hora.
Pero ningún martes
aprehenderá
las mismas santarritas
alrededor del mismo farol,
el mismo techo.
Ningún momento
tendrá sueños iguales;
y el cansancio, si asoma,
qué decir de él.
Los ecos, sí, serán siempre
los mismos;
por años escucharás
siempre los mismos.
Ningún martes, ninguna
espera,
ningún aire.
de Eduardo Dalter, Buenos Aires, ArgentinaDe su libro "Canciones olvidadas".______________
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