De
todos los hombres que conozco
el
hombre triste es distinto,
el
hombre triste no vive en júbilo
ni viaja en automóvil
por eso
riega una rosa
al
tiempo que enhebra su gloria.
El
hombre triste tiene memoria,
la
memoria de un rostro
que
alguna vez lo olvidó
entre
sales y desiertos.
A ese
hombre triste
de
corazón lento y adormilado,
la
vergüenza no lo acuchilla
y no lo
asusta la derrota.
El
hombre triste es así,
lleva
un crespón en el alma
y
algunos besos no resueltos,
como un
soldado se perdió
después
de tanta lucha en la trinchera.
Paula Winkler, CABA, Argentina
De “Cuentos perversos y poemas desesperados”.
Biodata: https://www.ensayistas.org/filosofos/argentina/winkler/
Reportaje: https://www.lexia.com.ar/Reportaje-Paula-Winkler.html
Biodata: https://www.ensayistas.org/filosofos/argentina/winkler/
Reportaje: https://www.lexia.com.ar/Reportaje-Paula-Winkler.html
9 comentarios:
Complacido con la lectura de este poema, ahora, tal como en otra oportunidad lo recorrí, Paula. Y qué bien: en El Escribidor.
Ciertamente es un gusto leer este poema. Saludos.
Un planteo presumible y muy interesante!!
Hermosísimo poema, querida Paula; y emocionante. Realmente me ha impresionado; el final, golpea y concluye sin remisión, perdidos como estamos en la trinchera. Enhorabuena. Gracias por ofrecérnoslo.
Bello, bellísimo. Me encantó leerlo.
Marta Colomaro.
Muy bueno, Paula. Ahonda poéticamente en el alma de este hombre triste.
¡Qué sensibilidad! ¡Qué hallazgo! Una belleza tu mirada. ¡Gracias!
Tanta melancolía en tus palabras, gracias Paula, un gusto leerte.
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