31.3.22

Alabanza

 

Por tres generaciones
–que yo sepa–
las mujeres de mi familia
perdieron su cría.
Cuando esperaba a mi hijo pensaba en ello.
Comprendí que estaba marcada
que era posible tanto
la noche como el día
por eso
le hablaba a mi criatura
como quien en el buen clima siega el heno
y para el tiempo inclemente
prepara los enseres.
Sangré.
Sangrar no es buena cosa antes del parto.
Ahora
cuando mi hijo va y viene por los caminos del Señor
siento su presencia natural, como la lluvia o el ciruelo
pero hay un instante, en cada día,
que vislumbro el milagro
–la diferencia–
y agradezco.
 

Sandra Cornejo, La Plata -Bs.Aires-, Argentina
De “Bajo los ríos del cielo”.

Entrevistahttps://lexia.com.ar/Reportaje_Sandra_Cornejo.html
Sitio
http://www.tuertorey.com.ar/php/autores.php?idAutor=119

10 comentarios:

Eli More dijo...

¡Qué belleza de poema, tan realista y tan tierno!

Ignacio Salazar dijo...

Excelente: la vida en sí misma como milagro, que por supuesto lo es.

El AnVerso dijo...

Felicitaciones por este poema que es un tributo a la mujer y a la madre. Impagable.

Anónimo dijo...

Un invaluable canto a la vida, mis plácemes!

Lu Restrepo dijo...

Este poema es un tesoro. Nosotras sabemos de esas cosas y las comprendemos perfectamente. Gran abrazo.

Anselmo dijo...

Intachable.

María Eugenia Palmer dijo...

No sé si abrazar a la autora, al milagro o a la ternura que desprende el poema.
Bendiciones.

Lali Bern dijo...

La verdad es que todos estos poemas del mes de marzo son admirables y merecen ser difundidos. Con permiso, me los llevo.

Anónimo dijo...

poetísima sandra. me encantó! susana zazzetti.

Analía Pascaner dijo...

Hermoso poema! tanta esperanza!
Me encantó, Sandra, muchas gracias.
Mi abrazo