Por tres generaciones
–que yo sepa–
las mujeres de mi familia
perdieron su cría.
Cuando esperaba a mi hijo pensaba en ello.
Comprendí que estaba marcada
que era posible tanto
la noche como el día
por eso
le hablaba a mi criatura
como quien en el buen clima siega el heno
y para el tiempo inclemente
prepara los enseres.
Sangré.
Sangrar no es buena cosa antes del parto.
Ahora
cuando mi hijo va y viene por los caminos del Señor
siento su presencia natural, como la lluvia o el
ciruelo
pero hay un instante, en cada día,
que vislumbro el milagro
–la diferencia–
y agradezco.
Sandra Cornejo, La Plata -Bs.Aires-, Argentina
De “Bajo los ríos del cielo”.
Entrevista: https://lexia.com.ar/Reportaje_Sandra_Cornejo.html
Sitio: http://www.tuertorey.com.ar/php/autores.php?idAutor=119
10 comentarios:
¡Qué belleza de poema, tan realista y tan tierno!
Excelente: la vida en sí misma como milagro, que por supuesto lo es.
Felicitaciones por este poema que es un tributo a la mujer y a la madre. Impagable.
Un invaluable canto a la vida, mis plácemes!
Este poema es un tesoro. Nosotras sabemos de esas cosas y las comprendemos perfectamente. Gran abrazo.
Intachable.
No sé si abrazar a la autora, al milagro o a la ternura que desprende el poema.
Bendiciones.
La verdad es que todos estos poemas del mes de marzo son admirables y merecen ser difundidos. Con permiso, me los llevo.
poetísima sandra. me encantó! susana zazzetti.
Hermoso poema! tanta esperanza!
Me encantó, Sandra, muchas gracias.
Mi abrazo
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