17.4.22

Nubes en el día de Pascuas

 


Las nubes tenían esta tarde una forma trágica
y fría, ardiente solo en la profunda religión de las redes neuronales:
en esa tradición ambigua eran el rostro de Cristo
y eran su reino a la vez. Nubes grises
y de un gris claro a un negro grisáceo como un antiguo
traje de alpaca
abotonado, el chaleco gris perla. 

¡Oh Dios entre las nubes en la hora consuetudinaria
en que muere el día, cada día, cada tarde! Y
oh lejanas fogatas de San Juan bajo nubes otoñales. 

¿Volver a Estambul sólo para constatar que en lo esencial
el mito no ha cambiado?
Aunque un drama se ha instalado desde entonces,
brillos en el tomate
que parto, como un hacha una cabeza,
en la cocina oscura. 

Luz y aire en el patio surcado de sombras brillantes, sombras
y luz porque aún hay redención en las cosas: las calles,
la serie policial de la noche, el libro,
el esponjoso trapo junto a la pileta.
 

Jorge Aulicino, CABA, Argentina
De “Poesía reunida”.
Su blog: https://campodemaniobras.blogspot.com

9 comentarios:

Mariano Olivero dijo...

Uhhh... qué flor de poemazo!

Lu Restrepo dijo...

Bellísimo de cabo a rabo, aplausos.

Anselmo dijo...

Magistral.

El AnVerso dijo...

Una soltura formidable y un final que provoca y sugiere. Se agradece.

Anónimo dijo...

Sí. Al final luz y aire de poesía eterna.

Silvia Posse.

Fernando Irazusta dijo...

Una más de las brillantes creaciones de este gran poeta y traductor.


Analía Pascaner dijo...

Intensa descripción de un momento. Gracias Jorge.

Héctor Pinilla dijo...

Notable argumento de un drama por redimir.

Elsa Copati dijo...

Brillante.