19.6.22

El humo

 

El humo de una pipa
fue el ritual de mi infancia.
La niebla que mi padre esparcía. 

El aroma era un intruso bienvenido,
un asombro develado entre las ropas. 

Había un poco de mi padre en los estantes,
en los vasos, los sillones, los espejos. 

La memoria de ese olor y de esa nube
es obstinada como la marea,
sanadora como un mantra. 

Hay un poco de mi padre
en cada pipa que veo.
Y en el cuadro de Magritte. 

Y en los surcos de mi frente.

                                                                      A Ribó
                                                                           in memoriam


Osvaldo Rossi, Buenos Aires, Argentina

12 comentarios:

Lu Restrepo dijo...

Muy bello, bellísimo poema. ¡Felicitaciones y gracias!

El AnVerso dijo...

Esa cadencia conjuga de maravillas con la niebla del poema y su espléndido final.

Anónimo dijo...

Cuánta ternura y sensibilidad!
Cecilia Gentile

Anselmo dijo...

Admirable.

Ignacio Salazar dijo...

Fabuloso! La revelación de un alma cobijada por el sentido vaporoso de esa niebla.

César Argüello dijo...

Ciertamente formidable.

Anónimo dijo...

Muchas gracias por la publicación.
Y gracias a quienes tuvieron la gentileza de comentarla.

Anónimo dijo...

aroma de misterio. asdí es tu poema. susana zazzetti.

Magdalena dijo...

Muy bello poema, Osvaldo. Pocas imágenes tan evocadoras y persistentes como las olfativas. Honda emoción en el recuerdo permanente.

Anónimo dijo...

Gracias, Susana. Gracias Magda. Osvaldo

Martha dijo...

Felicitaciones poeta!
Martha Grondona

Anónimo dijo...

Gracias, Martha. Osvaldo