Estás parado en un
universo hecho de piedra
/ y dunas.
Nadie ha de salvarte.
Ni la agonía del polen, ni el parto de la rosa.
Ni las huellas en las ardientes colinas.
Ni la saciedad, ni el hambre.
Ni las ramas que brotan de tus ojos.
Ni los anillos de lluvia.
Ni lo negado, ni lo dado.
Ni la pupila cerrada del Bautista.
Ni la espada, suspendida, de Damocles.
Ni el oro de Siddartha, ni la plata de la traición abrazo.
Ni Lancelot, ni Gilgamesh, ni el caballo de Troya.
Nada habrá de salvarte.
Acaso los salmos de la historia
Que no has de conocer hoy. Tal vez, nunca.
Amelia Arellano, San Luis, Argentina
De “Crear en
Salamanca”.
Más datos: https://deliteraturayalgomas.blogia.com/2014/070207-bienvenida-amelia-arellano.php
4 comentarios:
Un poema inspirado y genial!
Impresionante.
Tiene mucha fuerza y está muy bien estructurado.
Tanta desesperanza! Gracias por tu poema, Amelia.
Mi abrazo
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